Insistiendo en que el Latín no ha muerto y en contraste con la opinión general, me he llegado a preguntar ¿Qué es lo que le da vida a la lengua? ¿La lengua solamente vive mientras se habla? ¿Necesariamente la lengua ha de morir cuando deja de hablarse cotidianamente? ¿Qué factores o circunstancias determinan la supuesta muerte de la lengua y bajo qué criterios o conceptos? Y de esta misma forma me sigo preguntando: Así como la lengua cobra vida mientras se habla por una comunidad y es reinventada en la expresión de la misma, entonces ¿Por qué la lengua no puede seguir viviendo en otro estado diferente del habla cotidiana aunque ya no sea hablada por hablantes nativos?
Así, el caso de la lengua puede ser perfectamente comparado con el ámbito religioso. Si nos detenemos a hacer esta comparación podremos darnos cuenta que muchas son las religiones que creen en un cambio de estado o en una nueva vida después de la existencia carnal. Por ejemplo, la Religión Cristiana cree en la Resurrección y en la Vida Eterna. Asimismo, la Religión Budista cree que el alma debe pasar por sucesivas Reencarnaciones hasta alcanzar el Nirvana. Por su parte, la Religión Mapuche cree que después de la Muerte del Cuerpo, los Espíritus de los Difuntos van a reunirse con sus Antepasados en Otra Vida. Ahora bien, ¿En qué se relaciona esta comparación con el ámbito de las lenguas y de qué forma es aplicable? Se trata de que así como las religiones creen en un “Cambio de Estado del Ser” después de la muerte física, lo mismo puede ser aplicable para el proceso que ha vivido la Lengua Latina a lo largo de su milenaria existencia, en el sentido de que aunque encuentre poca o ninguna forma de expresión oral cono en la Época Romana, sin embargo, sigue estando más viva que nunca manteniendo una importante influencia hasta el día de hoy y encontrando diversas formas de expresión en muchos medios hasta el presente. Es por esto que puede establecerse que aquel “Cambio de Estado del Ser” del que hablan muchas religiones, en el caso de la Lengua Latina puede traducirse en el hecho que ésta solamente ha cambiado su forma de existencia, refutando inmediatamente la posibilidad de su muerte absoluta como suele afirmarse tajantemente hasta el día de hoy. Y es en base a todo lo anterior que me atrevo a afirmar que la lengua no solo vive mientras se habla, sino que además vive mientras mantenga influencia, dándole sentido a lo que hablamos, aunque las palabras que hablemos cotidianamente ya no pertenezcan a la lengua misma.
Si miramos el presente nos podremos dar cuenta que el latín ha logrado una presencia omnipresente en nuestros días, existiendo mucho contenido en la red redactado íntegramente en latín. Otra prueba de su omnipresencia es la expansión de su alfabeto, el cual ha sido uno de sus elementos más capitales. Es por esto y por muchas otras cosas que es el latín de tan suma importancia, ya que constituye una gran herencia para occidente y un regalo para el mundo entero, siendo el precursor de una gran “Revolución Comunicacional” entre los diversos pueblos de la tierra, rompiendo muchas barreras y traspasando los límites de una cultura única para llegar a “Evangelizar” hasta los lugares más recónditos del planeta por medio de un largo proceso que ha durado miles de años.
Este mismo proceso milenario que la Lengua Latina ha experimentado a lo largo de su existencia, no es otra cosa que una historia de sobrevivencia y que se remonta al año 600 a.C. con el Latín Arcaico, período en el que la lengua era incipiente puesto que contenía muchos vocablos antiguos. Pero a pesar de eso, aquel latín naciente encontró expresión en inscripciones grabadas, fragmentos de cantos rituales y de actas oficiales. Luego el latín continúa desarrollándose en los períodos Preclásico y Clásico, donde nos encontramos con una lengua que se unifica, liberándose de vocablos antiguos y que va adquiriendo identidad propia hasta alcanzar su período más esplendoroso con el apogeo de las letras romanas en autores como Cicerón, Virgilio y Ovidio. Después del período clásico sucede el período de Latín Postclásico o de la Edad de Plata del Latín, situado entre el año 14 y el 200 d.C. el que caracteriza por una cierta aceptación de elementos populares y arcaicos. y el surgimiento de nuevos géneros como la sátira y el género epistolar.
Luego, el latín continúa su existencia por medio del llamado Latín Tardío o Bajo Latín, el cual posee rasgos del romance dando paso a las lenguas románicas, aunque los autores de este período tienden a conservar el estilo del latín clásico, como es el caso de la Vulgata de San Jerónimo. Asimismo, el latín continúa existiendo durante la Edad Media donde fue usado por los eruditos de la época en las Escuelas, Universidades, la Corte y en la Iglesia. En el Renacimiento y en el Barroco, nos encontramos con variados autores que se inspiran en la antigüedad Greco-Latina y que usan el latín como Lengua Culta. Algunos ejemplos son Galileo, René Descartes, Baruch Spinoza, Petrarca, Antonio de Nebrija y Erasmo de Rotterdam.
En el Neoclasicismo y el llamado “Siglo de las Luces”, podemos apreciar que la Lengua Latina sobrevive aún en escritores como Isaac Newton y Carlos Linneo, quienes redactan muchas de sus obras científicas en latín.
Si analizamos los casos anteriormente descritos, no podemos negar que en ellos la sobrevivencia de la lengua se debe principalmente a fines académicos, científicos, filosóficos y de lengua culta en general. Pero por otra parte, la lengua Latina ha logrado mantenerse en la oralidad y es aquí donde radica la importancia de la Iglesia, la cual desde tiempos tempranos fue el gran bastión conservador de la Lengua de Roma. Así, este latín denominado "Latín Eclesiástico" y que ha sido usado en la Iglesia durante muchos siglos, ha sido de vital importancia en la historia de lengua latina, ya que si bien, su uso es meramente litúrgico, no obstante esta variante ha sido una de las pocas fuentes por medio de las cuales el latín ha logrado permanecer en la oralidad. A tal punto es tan valioso el rol de la Iglesia Católica en su relación con la lengua latina, que el latín no solo sigue siendo usado por ésta, sino que además conserva el Status de Lengua Oficial dentro de ésta hasta el día de hoy, siendo redactados en latín muchos de sus documentos oficiales.
Sacerdotes Católicos Celebrando la Misa Tridentina
Entonces, ¿Por qué se sigue afirmando que el Latín es una Lengua Muerta? ¿Con qué fundamento se mantiene una afirmación tan irrisoria? En realidad, no existe fundamento, criterio ni concepto alguno lo suficientemente poderoso bajo el cual se pueda mantener una afirmación tan vaga e infundada, porque el Latín sigue estando más vivo que nunca a pesar de cualquier objeción que busque negar su existencia, puesto que el Latín a pesar de ser poco o no hablado, conserva una influencia vasta y de magna importancia hasta el presente.
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